martes, 26 de marzo de 2013

Otra perspectiva de Alemania



Grecia, España y, ahora, Chipre. La crisis del euro parece estar creando un efecto dominó, sin saber aún si la última pieza en caer será la moneda común o la idea de unión supranacional. Lo que muchos si parecen creer es que parte de la culpa de esta situación la tiene Alemania. En esta entrada no voy a aburrir con datos económicos que apoyen o ataquen esa opinión. Simplemente voy a hablar de Alemania.
Llegué ayer de pasar unos días en dicho país, para visitar a amigas alemanas que conocí hace unos meses. Estaba bastante intrigada por conocer esa tierra que ocupa columnas en los periódicos españoles casi a diario, y estaba absolutamente decidida a abrir la mente y comprender realmente al alemán de a pié. La política alemana se puede leer en la prensa, la historia en los libros. A mí me interesaba la idiosincrasia de la región, y eso se descubre dialogando con el pueblo alemán. La mejor manera que encuentro para comunicarlo es reproducir una conversación que tuve con Laura, una amiga alemana, a las tantas de la mañana:


-          ¿Qué se siente siendo alemana?
“Bueno, en realidad ese tema es un arma de doble filo. Por un lado, por supuesto que me siento orgullosa de dónde vengo. Éste es mi hogar y es la tierra donde he crecido. Eso condiciona mucho la forma de ser y de ver las cosas.
Pero por otro lado, los alemanes siempre hemos tomado el papel de malo de la película en la historia contemporánea. Sobre todo a raíz de la IIGM, se generalizaba y se tenía por nazis a todos los alemanes. Aún hoy en día, 70 años después, se nos sigue etiquetando así. No puedes imaginarte la impotencia que nos produce eso. Yo ni siquiera había nacido, mi familia no vivía en Alemania aún; pero aún así existe como presión invisible que nos empuja a sentirnos culpables de lo ocurrido. Te puedo asegurar que soy la primera que piensa que lo que ocurrió fue un verdadero horror sin sentido alguno.
A veces es muy frustrante. Sólo podemos sacar la bandera alemana con orgullo cuando juega la selección. Si no se nos mira como neonazis o algo por el estilo…”

-          ¿Cómo crees que te ha influenciado ser alemana en tu forma de ser?
“Aunque se diga que los alemanes somos muy serios y fríos, yo no utilizaría esas palabras para describir a un alemán típico. Más bien, diría que somos personas con la mente siempre puesta en el futuro. Medimos cada uno de los pasos que damos, y sus consecuencias. Nos gusta ir con pies de plomo, porque es mucho más fácil cambiar los planes que enmendar un error.  Nos esforzamos en perseguir lo que queremos, para poder mirar un día atrás y estar orgullosos de nosotros mismos.”

-          ¿Y cómo se vive la política en Alemania?
“Jajaja. Supongo que para explicarte esto lo mejor es poner como ejemplo a Angela Merkel. No se puede decir que sea una mujer muy querida en Alemania. A ningún país le gustan los recortes. Y por supuesto, cada alemán tiene una ideología política distinta, como en cualquier otro lugar del planeta. Pero, como ya he dicho, los alemanes siempre miramos al futuro. Aunque no nos guste la canciller, hemos de reconocerle que, desde un punto de vista económico sobre todo, le ha hecho mucho bien a Alemania. Sí, ha reducido presupuestos y ha elevado las tasas. Sin embargo, solemos decir que “el mundo no es algo que heredamos de nuestros padres, sino algo que tomamos prestado de nuestros hijos”. Viéndolo desde esa perspectiva, entendemos que debemos hacer sacrificios en el presente para que nuestros hijos vivan mejor que nosotros en el futuro.”


No quiero alargar mucho más, pero que es suficiente para entender un poco mejor a Alemania, lejos de la prensa económica. Animo a todos los curiosos a que vayan allí y se mezclen con la gente. Desde luego es un país que no deja indiferente.


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