jueves, 4 de abril de 2013

Publicidad: ¿acierto o error?


3 horas. Ese es el tiempo medio que las cadenas de televisión  dedican a publicidad al día. Y el problema es que no lo vemos como algo fuera de lo común; quizá sí nos sea molesto, pero seguimos en el sofá o cambiamos a otro canal.
La publicidad disfruta cada vez con un escenario más amplio donde actuar. No solo se le reserva más tiempo, sino también más medios de comunicación. Parece seguir la máxima de cuanto más, mejor. A mi modo de entender el Marketing, no es el camino correcto.

Permitidme que me sirva de las palabras de Kotler, al que muchos consideramos el padre del marketing moderno, para asentar unas premisas básicas. Publicidad y Marketing no son lo mismo, sino que la primera se incluye dentro del segundo como una técnica para incrementar el consumo de un producto a través de los medios de comunicación. El marketing, por su parte, se basa en una relación de “intercambio en el que ambas partes resulten beneficiadas”. Para que ese intercambio se produzca, Kotler define los siguientes requisitos:
  •           Debe haber, al menos, dos partes.
  •           Cada parte ha de tener algo que suponga valor para la otra.
  •           Ambos deben ser capaces de comunicar.
  •           Deben tener libertad para aceptar o rechazar.
  •           Cada parte debe creer que el intercambio es apropiado.

Como es de entender, si no se diesen todos y cada uno de esos requisitos, la relación de intercambio no sería satisfactoria y alguna de las partes (si no todas) tratarían de evitar relaciones futuras de intercambio con los mismos sujetos.

Visto así, el marketing se concibe como algo inocente, útil para ambas partes. Ahora, pasemos a la práctica, y hagámoslo con el caso que más ha llamado mi atención…
¿Han utilizado últimamente YouTube? Si lo han hecho, sabrán perfectamente a lo que me estoy refiriendo. En caso contrario, solo tienen que intentar ver un vídeo ahora mismo. Al hacerlo, el portal nos obliga a ver un anuncio de unos 30 segundos antes de poder disfrutar del video que escogimos. En algunas ocasiones podemos omitir el anuncio a los 10 segundos, pero ya han conseguido robarnos tiempo de ocio.
Esta nueva forma de forzar al consumidor potencial a ser partícipe de la publicidad de un productor me parece una estrategia equivocada. Al estudiar marketing te das cuenta de que, como empresa, si quieres triunfar, tu plan debe centrarse en el cliente y atender sus necesidades, atendiendo a sus comportamientos para saber cómo gestionar las relaciones con estos.
El marketing es la herramienta de la que dispone la empresa para entrar en contacto con el cliente, conocer mejor su perfil, adaptarse a él (tratar de hacer que ellos se adapten al producto es una pérdida de tiempo y esfuerzo) y así poder conseguir la confianza del público y su fidelidad.

Para conocer los efectos que un mensaje publicitario provoca en el individuo se puede utilizar el modelo AIDA, acrónimo que define las etapas del comportamiento del consumidor potencial:
  •           Atención
  •           Interés
  •           Deseo
  •           Acción

Volviendo al caso de YouTube, bien es cierto que su tirana estrategia gana la atención del individuo, las otras tres etapas no se desarrollan de manera tan idílica. El interés del público es algo intrínseco de cada individuo, pero desde luego no depende de tener delante el anuncio. Es más, el hecho de sentirse atacado por ese breve spot puede provocar un rechazo directo a la marca, con lo que el deseo no se consigue, incluso siendo un producto estrella. Ante este panorama ¿creen que la acción del individuo desembocaría en la adquisición del producto? ¿O quizá acabaría escribiendo en su blog sobre la incomodidad que esto le produce?

Recordemos siempre que el marketing es un simple intercambio. Sólo si la marca se sirve de un plan de comunicación inteligente para hacer llegar su mensaje, conseguirá que el cliente vea valor en el producto y lo desee adquirir.
La clave del éxito no reside en las veces que un spot sea emitido, ni en la cantidad de vallas que se muestre un cartel. Ingenio, sinceridad y libertad de elección. Ahí reside el quid de la cuestión.

miércoles, 3 de abril de 2013

Esparsovia o Varsopaña



Estando tan lejos de casa mi cabeza dice: Ayy…
Mi chico. El sol. El calor. Mercadona. Los bares de tapas. El flamencorro y el reggaetón. El ron. Mi sofá. Mi cuarto. Mis primores del debate. El debate. Las charlas en la biblioteca. Las tertulias de café. Cotillear conversaciones por la calle. Mi coche. Los naranjos y el azahar. La feria. Las cruces. Los patios. El agua del grifo. El cine. Mis sobrinas. Mi perro. Colocar la compra con mi padre. Ver series con mi madre. La comida de los domingos en familia. La colonia de Nenuco. Jamón, lomo y demás ibéricos. Queso del que pica. La Cruzcampo. Los viernes y el beso de las 20:00. La casa en el campo. Siestas de brasero y serie. Comer viendo el telediario. Los paseos por la Asomadilla. Los peroles piscineros.
¡Ayy, España de mi vida!


En unos meses, cuando esté allí: Ayy…
La nieve. Tiritar en la parada del tranvía. Perder el metro. Jakdojade. Biedronka. Mi cama. El vodka. Los pierogis. La cerveza de medio litro. Los lunes en U Szwjeka. Los miércoles en Park. Pole Mokotowskie. I follow rivers. Ryanair. Wizzair. Los trenes de Harry Potter. Comparar costumbres internacionales. Skype con mis padres. Los paseos del edificio G al C mientras la nieve arruina mi maquillaje. Volverme loca con las convalidaciones. Hablar con los polacos por señas. Decir Dzien Dobry a los vecinos. Los patos en el parque. No llevar guantes si estamos a más de 0ºC. Ponerme las Timberland todos los días. Hacer los conjuntos para salir en función de los zapatos que el tiempo dicte. El Zloty. Los policías escondidos tras los arbustos para multar a los que cruzan en rojo. La cara de póker de los guiris cuando te presentas con dos besos. Las pizzas del Dominium. Los milk bar. El Costa Coffee de Stare Miasto. Volver a casa con el bolso lleno de folletos de Zapiecek. Ir a la farmacia con un “do you speak English?” por delante. Enseñarle a los guiris el vocabulario español esencial (“de lujo”, “ola k ase”). Los puestos de flores. El hombre que vende cordones en Ratusz Arsenal. Capitol.
¡Ayy, Varsovia de mi vida!



Vaya dónde vaya, ante todo seré española. Pero Varsovia... Varsovia se ha ganado a pulso un enorme hueco dentro de mí.

sábado, 30 de marzo de 2013

Escuela de Jueces


Imagínense que pasan semanas trasnochando estudiando para un examen, y que al hacerlo, alguien que jamás ha estudiado esa materia os lo corrige en función de sus conocimientos en el campo (nulos). Por ello, sacáis mala nota o incluso suspendéis. Frustrante, ¿verdad?

Pues algo así es lo que pasa a veces en el mundo del Debate Universitario de Competición. A todos nos ha pasado, llegar a un torneo con toda nuestra ilusión y muchas noches de trabajo a las espaldas, y encontrarnos con jueces que ni siquiera saben en qué consiste “eso del debate”.
Llevamos años demostrando los innumerables beneficios del Debate de Competición, y somos una comunidad en constante expansión. Cada año se forman nuevas Sociedades de Debate y se organizan nuevos torneos. Hay que continuar fomentando este crecimiento, y eso debe hacerse a todos los niveles.
Al participar en un torneo se deben sacar dos beneficios para que la ilusión por debatir siga viva: aprendizaje y diversión.
El aprendizaje empieza desde que se nos da la pregunta del torneo unas semanas antes, y llega a su máxima expresión cuando nos ponemos delante de los jueces.
La diversión ha de entenderse como esa maravillosa sensación tras un debate, en el que hemos dado lo mejor de nosotros mismos y queremos hacerlo de nuevo, mejorando los fallos siempre.
El problema es que muchas veces esto último no se cumple, porque vemos que nuestro trabajo no se valora porque la organización de un torneo no ha sabido seleccionar jueces que sepan de qué trata este mundo del Debate. Quema mucho, muchísimo. Desde mi punto de vista, es una de las ofensas más grandes a las que se puede ver expuesto un orador. Que tras todo el trabajo que supone preparar un torneo, acabemos con un muy mal sabor de boca porque no entendemos los resultados y los feedbacks no han sido productivos, precisamente porque los responsables de ello (los jueces) no saben en realidad a penas nada del Debate Universitario de Competición.

Lanzo un guante a todos los organizadores, y es que cuidemos todos los detalles de un torneo, y más aún algo tan importante como son los jueces. Siendo lo idóneo antiguos oradores, si no pudiese ser así, al menos explicarle con detenimiento a aquellos que van a tener ese rol en qué consiste un Debate. 

martes, 26 de marzo de 2013

Otra perspectiva de Alemania



Grecia, España y, ahora, Chipre. La crisis del euro parece estar creando un efecto dominó, sin saber aún si la última pieza en caer será la moneda común o la idea de unión supranacional. Lo que muchos si parecen creer es que parte de la culpa de esta situación la tiene Alemania. En esta entrada no voy a aburrir con datos económicos que apoyen o ataquen esa opinión. Simplemente voy a hablar de Alemania.
Llegué ayer de pasar unos días en dicho país, para visitar a amigas alemanas que conocí hace unos meses. Estaba bastante intrigada por conocer esa tierra que ocupa columnas en los periódicos españoles casi a diario, y estaba absolutamente decidida a abrir la mente y comprender realmente al alemán de a pié. La política alemana se puede leer en la prensa, la historia en los libros. A mí me interesaba la idiosincrasia de la región, y eso se descubre dialogando con el pueblo alemán. La mejor manera que encuentro para comunicarlo es reproducir una conversación que tuve con Laura, una amiga alemana, a las tantas de la mañana:


-          ¿Qué se siente siendo alemana?
“Bueno, en realidad ese tema es un arma de doble filo. Por un lado, por supuesto que me siento orgullosa de dónde vengo. Éste es mi hogar y es la tierra donde he crecido. Eso condiciona mucho la forma de ser y de ver las cosas.
Pero por otro lado, los alemanes siempre hemos tomado el papel de malo de la película en la historia contemporánea. Sobre todo a raíz de la IIGM, se generalizaba y se tenía por nazis a todos los alemanes. Aún hoy en día, 70 años después, se nos sigue etiquetando así. No puedes imaginarte la impotencia que nos produce eso. Yo ni siquiera había nacido, mi familia no vivía en Alemania aún; pero aún así existe como presión invisible que nos empuja a sentirnos culpables de lo ocurrido. Te puedo asegurar que soy la primera que piensa que lo que ocurrió fue un verdadero horror sin sentido alguno.
A veces es muy frustrante. Sólo podemos sacar la bandera alemana con orgullo cuando juega la selección. Si no se nos mira como neonazis o algo por el estilo…”

-          ¿Cómo crees que te ha influenciado ser alemana en tu forma de ser?
“Aunque se diga que los alemanes somos muy serios y fríos, yo no utilizaría esas palabras para describir a un alemán típico. Más bien, diría que somos personas con la mente siempre puesta en el futuro. Medimos cada uno de los pasos que damos, y sus consecuencias. Nos gusta ir con pies de plomo, porque es mucho más fácil cambiar los planes que enmendar un error.  Nos esforzamos en perseguir lo que queremos, para poder mirar un día atrás y estar orgullosos de nosotros mismos.”

-          ¿Y cómo se vive la política en Alemania?
“Jajaja. Supongo que para explicarte esto lo mejor es poner como ejemplo a Angela Merkel. No se puede decir que sea una mujer muy querida en Alemania. A ningún país le gustan los recortes. Y por supuesto, cada alemán tiene una ideología política distinta, como en cualquier otro lugar del planeta. Pero, como ya he dicho, los alemanes siempre miramos al futuro. Aunque no nos guste la canciller, hemos de reconocerle que, desde un punto de vista económico sobre todo, le ha hecho mucho bien a Alemania. Sí, ha reducido presupuestos y ha elevado las tasas. Sin embargo, solemos decir que “el mundo no es algo que heredamos de nuestros padres, sino algo que tomamos prestado de nuestros hijos”. Viéndolo desde esa perspectiva, entendemos que debemos hacer sacrificios en el presente para que nuestros hijos vivan mejor que nosotros en el futuro.”


No quiero alargar mucho más, pero que es suficiente para entender un poco mejor a Alemania, lejos de la prensa económica. Animo a todos los curiosos a que vayan allí y se mezclen con la gente. Desde luego es un país que no deja indiferente.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Día Internacional de la Felicidad


"Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de circunstancias"
John Locke

Tras varios meses, aquí estoy de nuevo. La ausencia no sé explicar si ha sido por falta de ganas, inspiración o tiempo; pero el regreso al blog hoy sí tiene un motivo claro y definido: la Felicidad.
Por primera vez en la historia se celebra el Día Internacional de la Felicidad. Como no podía ser menos, las redes sociales andan abarrotadas con mensajes de positivismo lo cual, desde luego, ayuda a ver la vida desde otra perspectiva (al menos hoy).  Pero, ¿qué pasa con el resto de los días?
Como seres humanos tenemos la obligación de ser felices, de hacer de nuestra vida aquello que queramos que sea. En muchas ocasiones recurrimos a excusas o buscamos culpables de que nuestro presente no sea como lo soñábamos años atrás. Hacer eso es meterse deliberadamente en un laberinto sin salida.
La libertad es el bien más preciado del que disponemos. Si bien es cierto que no todas las situaciones las podemos controlar, las decisiones sí. Y al fin y al cabo, somos producto de nuestras decisiones: qué camino tomar, cuándo tomarlo, cómo celebrar los éxitos, pero sobre todo, como sobreponerse a los errores y aprender de ellos.
No es cuestión de celebrar una vez al año la felicidad. No es cuestión de estar feliz un día, o en determinados momentos. Es cuestión de ser feliz. ¿Cómo? Queriendo serlo. Así de simple.
Siempre, en cualquier circunstancia, ante cualquier contratiempo, existe un camino que nos lleva a la sonrisa. Recordar una sensación, ver una foto, emocionarse con el futuro. Ese camino se dibuja en nuestra mente, pero sólo es visible si realmente queremos seguirlo.



"La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días"
Benjamin Franklin

14N a 3.000km



Se suele decir eso de que los problemas se ven con mayor claridad desde fuera. Totalmente cierto.
Llevo viviendo ya dos meses en Varsovia, la capital polaca, como estudiante Erasmus. Paso los días rodeada de gente de todo el Globo, curioseando sobre la forma de vida en otros países, y mostrando orgullosa lo maravillosa que es España. Es ahora, a 3.000km de distancia, cuando más española me siento. Una parte de mi mente (y mi corazón entero) siguen en la península.
Cada mañana leo la prensa para seguir con detalle lo que ocurre en mi tierra. Ajustes, críticas, réplicas, manifestaciones… Lo mismo desde hace ya demasiados meses. ¿Cuándo vamos a tocar fondo?
Desde mi punto de vista, hoy lo hemos hecho. Lleva mucho tiempo sin ser agradable leer noticias sobre España, pero el 14N ha conseguido que me lleve las manos a la cabeza al ver lo que ha acontecido… o más bien a la cara para no verlo.
La huelga es un derecho fundamental recogido en la Constitución, de titularidad individual. Es decir, siempre y cuando una huelga sea convocada, cada trabajador puede escoger libremente si ejerce ese derecho o no. Respetaré siempre este derecho, porque es una herramienta de la que el pueblo siempre dispondrá para poder expresarse.
No pasaré a discutir los motivos por los cuales se ha intentado paralizar la industria nacional, ni si una huelga es la solución adecuada. Al no ser jurista ni politóloga, no puedo hablar con el suficiente conocimiento de la causa. Pero permítanme hablar como una española que echa de menos su tierra y que sigue sufriendo por la situación.
Como ciudadana estoy convencida de que esta huelga no es solución, sino más bien un agravante del problema. ¿Contra quién se supone que se manifiesta la gente? Contra la mala gestión del gobierno, o así rezaban los sindicatos en las convocatorias. Pero… ¿contra quién han acabado yendo los insultos y las vejaciones? Contra los propios trabajadores.
Desde fuera se ve el problema con mucha más gravedad. Personas tratando de imponer la libertad de ejercer el derecho de huelga. Sí, suena fatal y parece hasta mal escrito. De hecho no tiene sentido alguno. Pero eso es lo que ha pasado en el día de hoy. Si no estás conmigo, estás contra mí. Radical, triste y obsoleto por completo.
Lo que más me ha sobrecogido es el hecho de que un gran porcentaje de los manifestantes era gente joven. Siempre he defendido que los jóvenes son el futuro de cualquier país. ¿Qué futuro espera si el arma que han utilizado esos jóvenes piquetes contra los “esquiroles” han sido ataques verbales y vejaciones?
¿A dónde estamos yendo? ¿Se solucionará el problema a base de luchar los unos contra los otros? Hemos perdido el norte.
Echo de menos España más que nunca, pero también más que nunca, me faltan fuerzas. Ya no son solo los bancos ni la clase política, sino además ahora estos acontecimientos sociales hacen que pierda mi confianza en un futuro cercano mejor.
Cuando preparamos un torneo de debate sabemos que cada postura debe ir acompañada al final de una alternativa que siembre la esperanza. Pues lamento si os defraudo pero hoy no soy capaz, ni de ver la alternativa ni de sembrar esperanza.

¿Sabes decir "no"?




Cuando la gente se entera de que el año que viene estudiaré en Polonia, me suelen preguntar si ya sé decir “algo” en polaco. En efecto, ya sé saludar, dar las gracias, lo típico… Pero hace unos días me preguntaron algo que me dio qué pensar: ¿sabes decir “no”?

No sabía, no tenía ni idea. Entonces me di cuenta de que esa palabra es, probablemente una de las más importantes de nuestro vocabulario. Es necesaria para conformar nuestra personalidad, pues no somos más que un cúmulo de decisiones. Y en muchas ocasiones no sabemos lo que queremos, pero sí sabemos lo que NO queremos.
Pero esto no va simplemente de decir unas letras con su adecuada pronunciación en otro idioma.Decir NO es más un acto de valor y autodeterminación.
En mi trabajo, contacto con preuniversitarios y les informo sobre nuestra universidad. Nada más saludar, ya puedo saber si la persona que está al otro lado del teléfono está interesada en la información que le voy a dar. No obstante, cuando obviamente no están interesadas, la gran mayoría de las veces no son capaces de decir “no”. Suelen aguantar la compostura mientras les hablo, o en el mejor de los casos, me dan excusas para colgar.
¿No sería todo más fácil si sacásemos valor para decir no?
Como ya he dicho, nuestra vida se conforma en base a decisiones. Decir sí o no marcará un camino u otro.

¿Cuál es el problema entonces? ¿Una sociedad con miedo a decir no? ¿O un mundo que no acepta un no por respuesta?
En cualquier caso, somos individuos poderosos, capaces de dominar 80 años de existencia. Una de nuestras posesiones más valiosas es nuestra vida, y no debemos mirar atrás y comprobar que el camino que recorremos difiere de lo que queríamos.
Debemos armarnos de valor y mantener firmes nuestras convicciones. 




Y después de esta reflexión tras aquella pregunta, apunté una nueva palabra a mi lista de vocabulario polaco:
Nie…