miércoles, 20 de marzo de 2013

Hagamos historia.



Apenas dos meses para las elecciones generales y ya están patentes las luchas por el poder.
En los kioskos de nuestras ciudades vemos titulares que resumen enfrentamientos entre las dos fuerzas políticas principales de nuestro país.
Vemos también protestas de los ciudadanos. En muchos casos, frustración por ignorancia.
¿Nos enteramos realmente de lo que ocurre en España? ¿Qué más hay, aparte de lo que leemos?
La sensación general es que somos meros espectadores y víctimas de las decisiones que se toman en las cámaras, cuando realmente, por ley, deberíamos ser los protagonistas de nuestra democracia.
¿De quién es la culpa de que la teoría y la práctica no coincidan?
¿Será la clase política la que no se preocupa por representarnos con fidelidad y compromiso?
¿O seremos nosotros los responsables del alejamiento que se ha producido entre el pueblo y los “representantes”?
Objetivamente, no podríamos señalar a nadie con el dedo y culparlo de la situación actual.
Pero TODOS debemos tomar consciencia de nuestros derechos y obligaciones, y ejercerlos. Debemos reconocer nuestro papel en esta situación, y juntar fuerzas para solucionarlo, no mirando por una mayoría en las urnas, si no por una mejoría enel horizonte que se nos pone por delante.
Nos hemos quedado sentados, lamentándonos por lo que estamos pasando en la actualidad, como un niño que se queda en una esquina recordando una riña.
El sentimiento del pueblo es de preocupación.
Curiosa palabra. "Preocupación" procede del latín: “prae” (antes) y “occupare”(ocuparse).
Ocuparnos antes de tiempo no nos sacará de aquí. Dejemos “prae” atrás. El pasado es inalterable, el presente es real, y el futuro depende de lo que hagamos ahora. Ocupémonos de tejer un horizonte en condiciones. Sólo podremos hacerlo juntos, pues la solución es para todos y cada uno de nosotros.
Todos sabemos que esta crisis saldrá en los libros de historia de nuestros hijos y nietos. Ahora toca ocuparse de aparecer también nosotros, como el pueblo que aprendió a superar los retos y a reconstruir el país.
Luchemos para hablar y así entender lo que ocurre, para poder llevar a cabo nuestra misión como protagonistas y garantes de la democracia, pues como dijo Enrique Múgica Herzog, la democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos.

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