miércoles, 20 de marzo de 2013

Adiós, Steve.



Cada vez que algo se aleja de nosotros y lo perdemos, sufrimos y buscamos consuelo.
Hoy es un día “tristemente” histórico. El gran genio Steve Jobs ha fallecido a causa del cáncer que padecía desde hace 7 años.
Cualquier medio de comunicación está de luto por semejante pérdida. “El mundo de la tecnología jamás volverá a ser lo mismo” aseguran.
Afortunadamente, el “último inventor”, como lo llamaban muchos, ha dejado un legado tecnológico impecable. De un modo u otro, a todos nos ha cambiado la vida un poquito (para mejor, claro) alguno de esos productos con el sello de la manzanita.
Sin embargo, el mejor regalo que ha podido dejarnos Steve son sus 56 años en este mundo. Ese hombre de cara delgada, que achinaba sus ojos al sonreír cuando nos presentaba un nuevo producto, es el modelo a seguir por todos y cada uno de nosotros.
Todos sabemos que muchos momentos de su vida fueron muy amargos. Un joven que fue dado en adopción, que no brillaba en los estudios, que no encontraba su ilusión en ningún lado (excepto en la informática). Él mismo nos contó varios de estos difíciles episodios y, a continuación, la lección que aprendió y su lucha hacia el éxito.
No fue un hombre derrotista, sino alguien que supo fijar un rumbo y autosuperarse en cada paso.
Steve no fue sólo un “máquina” en tecnología informática. Steve fue, es y será el espíritu emprendedor por excelencia.
Es una gran pérdida, sí. Pero lo más importante siempre quedará con nosotros: su actitud para la vida, su fuerza y sus palabras (que para muchos de nosotros fueron como agua de lluvia en los peores momentos).

Muchos personajes han sido capaces de inventar artilugios que han cambiado el mundo. Steve no se quedó ahí: él no solo cambió el mundo, si no que ha conseguido cambiar también a las personas que habitamos en él.

Steve Jobs no ha muerto hoy, sigue con nosotros, pues para sus admiradores (en el sentido más estricto de la palabra) Steve está a cada momento aquí, en cada decisión, en cada problema, en cada solución. Es el referente del éxito, sin dejar de lado el compromiso, la familia y la ética moral.


#thankyousteve, porque aunque te hayas ido, sé que tus palabras eternas y tu recuerdo seguirán dándonos la fuerza y la capacidad que necesitamos para seguir adelante.

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